Entre las miles de necesidades con las que cuenta el ser humano, una que nos diferencia de los animales con los que compartimos este planeta es la necesidad de la expresión personal.
Sentimos constantemente la necesidad de reafirmar
nuestra identidad (o incluso de buscarla) por medio de muestras públicas que
ejemplifiquen elementos de la misma. Desde fotos en las redes sociales del
momento, compartir nuestras piezas musicales favoritas en listas de reproducción
públicas o compartiendo cada uno de nuestros pensamientos digitalmente.
Es en esta última categoría en la que podemos
encontrar a un grupo específico de personas que gustamos de llamarnos “artistas”
o “escritores” o alguna variación de alguno de estos términos. Aquellas mentes
con lo que podríamos juzgar como un poco de demasiada creatividad para su
propio bien, una corriente de pensamientos casi incontrolable y el ansia
internalizada de compartir su visión del mundo con sus compañeros del viaje de
la vida.
Es ahí donde entra este blog.
Este blog no es nada más que una expresión de
esa necesidad personal que su autor tiene de mostrar al mundo que quiera verlo
cada detalle, si bien, me arriesgo a decir, pretenciosamente escrito, sobre los
pensamientos, opiniones, sentimientos e ideas que cruzan su cabeza y se quedan
lo suficiente para inquietarlo pro más de cinco minutos.
La calidad podrá variar seguramente y el tono
se mantendrá en un balanceo constante entre un romanticismo poco explotado por
el escritor de estas letras y un pesimismo resultante de años pasados aún
siendo superados en pro de una existencia más tranquila.
Así que, si lo ahora descrito suena atractivo,
bienvenidos a todos los lectores de estas frases. Siéntense, pónganse cómodos y
espero disfruten de descubrir las divagaciones mentales de un ser humano que ha
convivido con más libros que miembros de su propia especie.
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